ENTREVISTA A UNA DOMINATRIX DE ALTO STANDING EN IBIZA
Son las cinco y media de la tarde. Hemos quedado en el Dunes, un lugar emblemático de Playa D´en Bossa, una de las Playas más famosas de España según Instagram.
La verdad es que es un espectáculo ver la gran cantidad de cuerpazos en Bikini que recorren las calles de esta zona de Ibiza, tanto que me entretengo mirando a un par de guiris rubias de esas que dejan poco a la imaginación.
Hace calor, mucho calor, como decían los Rodriguez alla por el 95, pero la temperatura está a punto de subir aún más cuando la veo. Ha llegado antes que yo y está sentada, muy elegante. Las piernas cruzadas y la espalda muy erguida. Aunque nos conocimos hace unos días su imagen me vuelve a impactar. Sin duda es una tía con clase y de repente me doy cuenta de que me ha hecho olvidar a las dos guiris buenorras que acababa de quedarme mirando.
"Está sentada, muy elegante. Las piernas cruzadas y la espalda muy erguida. Aunque nos conocimos hace unos días su imagen me vuelve a impactar."
Me acerco y le saludo. Huele muy bien y aunque no consigo distinguir el perfume me provoca una sensación muy agradable, de cercanía. Noto su serenidad, veo que esa calma que transmite no es algo estudiado ni forzado, es así, una mujer segura de si misma, y aunque he pasado por esta situación antes, se que esta entrevista va a ser distinta, muy especial. Comenzamos.
DESCUBRIENDO A LA DIOSA.
Buenas tardes, Milena. Antes de nada, ¿Cómo debería de referirme a tí? ¿Mi ama, Mistress...?
Sonrie - Con Milena está bien.
Su acento ruso hablando un perfecto español me atrapa. Hace que su imagen adquiera unos tintes más duros, pero a la vez más cautivadores. Me vienen a la mente cientos de fragmentos de películas de serie B sobre espías rusas de la antigua KGB, en las que la torturadora aparecía con medias de rejilla, tacones y blusa negra de seda. Me obligo a concentrarme.
Gracias - Respondo - Pero suponiendo que fuera uno de tus clientes, ¿Cómo debería de dirigirme a tí?
Ese caso es totalmente distinto. Mis clientes pagan por una relación en la que el respeto y la sumisión son la base de todo. Ellos se dirigen a mí como "Mi Ama" o "Mi Diosa".
"Mi diosa", eso suena muy fuerte, ¿No crees?
No duda. Me responde como si todo estuviese estudiado, aunque no es así - Bueno, piensa que la adoración es uno de los pilares del BDSM. Durante el tiempo que pasan conmigo, soy lo más importante para ellos, mi placer es su meta principal y mi voluntad es ley, aún a costa de su dolor. En ese sentido, y comparándolo con la religión, mientras son mios soy su Diosa.
"Durante el tiempo que mis clientes pasan conmigo, soy lo más importante para ellos, mi placer es su meta principal y mi voluntad es ley, aún a costa de su dolor. En ese sentido, y comparándolo con la religión, mientras son mios soy su Diosa."
Su respuesta me deja sin palabras y aprovecho la situación para volver a mirarla a los ojos. Quiero ser yo el que dirija esta entrevista, pero su personalidad y su carisma hacen que sea realmente dificil, así que redirijo las preguntas hacia su yo más cercano, hacia Milena y no hacia la Dómina.
Eres muy joven Según tu perfil tienes sólo 21 años. ¿Cuando empezó Milena a ser Mistress Milena?
He tenido una vida muy intensa - Me contesta - Y llena de experiencias que me hicieron madurar muy rápido. Comencé en este mundo hace unos tres años.
¿Y cómo empezaste? - La interrumpo.
Pues por una amiga. Supongo que ahí comenzó todo.
Tenía una amiga mayor que yo, con una cadena de Sex Shops distribuidos por medio mundo. Organizaba fiestas eróticas y un día me invitó a una de ellas.
¿Y fue de tu amiga de quien aprendiste a ser Ama?
Nooo - Se ríe - Mi amiga es esclava. Es todo lo contrario a mi. Ella juega el rol de la sumisión y yo el de la dominación. Ella es el Masoquismo y yo el Sadismo.
Perdón por el error. - Me disculpo - Aún así, ¿Te gustó esa primera vez?
Fue muy interesante - Afirma - Es diferente a todo lo que hayas experimentado. Es algo secreto y discreto, con mucha complicidad y que todos deseamos probar al menos una vez en la vida, aunque mucha gente tiene miedo a que esta fantasía se realice.
La verdad es que sí, que asusta. Pensar en estar esposado frente a una persona enmascarada con cientos de objetos con los que puede hacerte daño es algo que de primeras invita a no tener que pasar por eso nunca - Le respondo - Pero a la vez es verdad que es algo misterioso que atrae y que en cierto sentido todos queremos probar alguna vez.
La base de todo es la confianza - Me corrige - Tanto con tu pareja como con una dómina profesional todo tiene que estar hablado, pactado y consentido. Hay límites que nunca se van a cruzar, porque después de una sesión cada uno tiene que volver a su vida normal, y en mi caso, por ejemplo, nunca hay marcas, ni sangre.
La mayoría de mis clientes pertenecen a una clase socioeconómica muy alta, son personas con mucho poder que quieren perder toda la responsabilidad durante unas horas y sentirse mandado, saber que deben de cumplir órdenes, pero cuando todo acaba, vuelven a su realidad, a sus empresas y muchas veces con sus mujeres, por eso hay límites y esos límites pactados hacen que se cree confianza, por eso se pierde el miedo y la experiencia se convierte en algo muy agradable que la mayor parte de quienes lo prueban quieren repetir.
SEXO, FUSTAS Y PSICOLOGÍA.
Supongamos que estás ante un cliente que acude a tí por primera vez y que es totalmente inexperto en el mundo del BDSM, ¿Cómo sería una sesión con un novato?
Digamos que da igual que sea un novato o sea un asiduo, si es su primera vez conmigo, los primeros minutos todo se reduce a hablar, a conocernos.
Hay que analizar al cliente, saber que es exactamente lo que quiere, que espera de nuestra relación y de mí y debo de estar segura de hasta donde puede o quiere llegar.
Naturalmente es muy distinto un veterano en el mundo de la dominación que alguien que llega por primera vez. Generalmente están asustados y un poco a la defensiva, necesitan abrirse a mí, generar esa confianza que te decía antes, es básico.
Por otro lado en el mundo del Sado existen una serie de niveles y lo recomendable es empezar por los más suaves, un poco de Fetichismo, juegos de dominación light en los que el sumiso se convierte en mi putita o en un niño malo al que hay que castigar. La humillación es uno de los primeros pasos y bien hecha se convierte en algo muy excitante.
Generalmente en las primeras sesiones de un esclavo no hay castigo físico a excepción de algunos azotes con la fusta.
Me acaba de venir a la cabeza un viejo disco de Billy Idol, "Whiplash Smile" algo así como "Sonrisa a latigazos" y me la imagino con cara de satisfacción mientras fustiga a algún elegante hombre de negocios en ropa interior. Sonrío yo también y continúo con la salva de preguntas, cada vez más, que rondan por mi mente.
¿Mejor la fusta que la mano?
Sí - Responde - Infinitamente mejor. Con la mano se pega más fuerte. La fusta es más suave y sirve para dos cosas: Ir calentando la piel y ver qué tal soporta el dolor. Además las fustas no dejan marcas. Se comienza por unos golpecitos por la zona de los gluteos y de los muslos y se van probando zonas nuevas hasta que noto que el sumiso no está a gusto. Entonces se cambia de zona o se reduce la intensidad del golpe.
¿Son ellos los que te dicen cuando parar?
No. El sumiso tiene totalmente prohibido hablar con su ama. Así como tampoco puede tocarme ni mirarme a los ojos si no es con mi permiso.
"El sumiso tiene totalmente prohibido hablar con su ama, tocarla o mirarle a los ojos si no es con su permiso."
Había oido algo sobre unas palabras clave que sirven para parar. ¿Hay algo de cierto en esto?
Por supuesto que sí. Yo generalmente uso dos y si es posible siempre son las mismas. Amarillo, que es la que usa el esclavo cuando está cerca de su límite de dolor y Rojo que significa que directamente tengo que parar.
¿Algo más que añadir a las primeras experiencias?
Los juegos de frío y calor con hielo y velas, que, antes de que me lo preguntes - Se ríe - no queman, si no que producen un calor muy agradable y una sensación realmente placentera.
Cambiando de tercio, vamos a pasar al otro extremo, el más duro. ¿Que es lo más fuerte que te han pedido en una sesión extrema?
Lo más fuerte me lo pidió un hombre, que naturalmente no estaba en su sano juicio. Quería que le arrancara el pene. Por supuesto le dije que se fuera y le recomendé ayuda psicológica.
Dentro de lo normal en el mundo del Sado me han pedido de todo y he hecho muchos tipos de servicios extremos, como descargas eléctricas, algo que o es en un entorno muy controlado, o que directamente paso de hacer debido al alto riesgo que conlleva. Si es algo lógico, sin sangre y sin marcas no hay problema. Se hace y se disfruta.
DESNUDANDO AL AMA.
Evidentemente no voy a preguntarte si te gusta tu trabajo ya que tengo muy claro que sí, mi pregunta es ¿Por qué te gusta?
Mi trabajo me encanta porque ayudo a cumplir sueños y hago felices a mis clientes. Les ayudo a liberar tensiones, stress y a sentirse bien consigo mismos. Cuando me convierto en Dominatrix asumo un papel en el que ejerzo como terapeuta del alma. Para mi hay pocas cosas tan gratificantes como ver salir de una sesión a un cliente con una gran sonrisa en su boca.
Doy por sentado que la mayoría de tus clientes son hombres, ¿Tienes algún problema en trabajar con mujeres?
Para nada. Me encanta.
Es cierto que la mayor parte de mis esclavos son caballeros, pero hay una parte cada vez mayor de parejas que acuden a mi. En muchos casos quieren que les enseñe a "adiestrar" a uno de ellos, con lo que la pareja actúa como amo o ama y juntos educamos a su compañero.
También tengo clientas que vienen solas. También suelen ser mujeres de gran poder que disfrutan con la sumisión y la humillación.
Implica eso que eres bisexual?
Dejemos clara una cosa - Afirma - En el Sado no hay sexo. O al menos la mayoría de las veces no hay una relación sexual. El sexo suele ser una recompensa que se traduce en como mucho masturbarles con los piés.
Puedo dejar que me masajéen o que me laman, incluso el culo o el coño, pero practicamente nunca habrá una relación sexual entre un esclavo y yo. Vamos a ver, ha habido un par de veces en las que me he puesto tan cachonda con el sexo oral que me he corrido y he ordenado a mi sumiso que me follara. Al fin y al cabo mando yo, pero es algo que practicamente no hago nunca.
Personalmente y yo creo que influida por mi cultura rusa, a mi un esclavo no me pone cachonda.
Si te lo acabas de follar con un arnés, la verdad es que luego no le ves como ese tipo de hombre varonil que a mi me gusta.
¿Te han pedido alguna vez que seas tu la esclava?
En el trabajo no, nunca. Sin embargo en mi vida privada, sí. En mis relaciones personales me gustan los hombres fuertes y dominantes y he de reconocer que también he disfrutado siendo dominada.
"En mis relaciones personales he de confesar que me gusta sentirme dominada."
¿Hay alguna cosa más que te apetezca contarnos o que deberíamos de añadir en este artículo?
Sí. La higiene es algo tan importante como la confianza o la discrección.
Suelo obligar a mis clientes a ducharse y a veces les pido que me limpien la espalda o los pies mientras me ducho yo. No obstante algunos de ellos me piden que no me limpie, me dicen que les pone cachondos el olor a mujer.
¿Una última anécdota?
Al principio, cuando un cliente me pedía que le realizase la lluvia dorada me bloqueaba. Intentar orinar y mirar hacia abajo para ver a un hombre con la boca abierta la verdad es que hacía que me resultara imposible del todo hacerlo.
Hasta aquí la entrevista con Mistress Milena una carismática Dómina, elegante, sensual y guapa (Y que domina más de 50 formas de masturbación con los pies, según nos a confesado Off the records ) que nos ha ayudado a entender un poco más el mundo del Sado. Un mundo de fantasías sin sexo en el que la mayor satisfacción es hacer feliz a tu ama.
Si quieres conocerla y aventurarte a experimentar este placer prohibido sólo tienes que llamarla o comunicarte por WhatsApp con ella. Estará en Ibiza hasta fin de temporada. Y por supuesto anunciada con nosotros.
